sábado, 25 de julio de 2020

Mons. Adolfo Bittschi: Santiago, “hijo de trueno” es el primero de los Apóstoles en ofrecer su vida por el Señor


25 de julio 2020, sábado, celebramos la Fiesta de SANTIAGO, apóstol, y proclamamos el Evangelio según san Mateo  20, 20 - 28. 
Gloria a ti, Señor.   



                                            USTEDES  BEBERÁN DE MÍ  CÁLIZ

Santiago, hijo de Zebedeo y de Salomé, pescador del lago de Genezaret, compañero de trabajo de Pedro y de Andrés. Con Pedro y su hermano Juan pertenece a los más cercanos apóstoles de Jesús, testigos únicos de acontecimientos extraordinarios del maestro: la resurrección de la hija de Jairo, de la transfiguración del Señor en la montaña alta y escuchar la voz de Dios Padre: “Este es mi Hijo amado escúchenlo”, y en el huerto de los Olivos presenciaron la agonía de Jesús. Santiago es el primero de los Apóstoles en ofrecer su vida por el Señor y su Evangelio por el año 43 o 44 en Jerusalén (Hechos 12,2). Así se cumplió la predicción del Señor de “beberán mí cáliz”.

El Señor llamó a Santiago junto con su hermano Juan en su trabajo diario remendando las redes. En seguida dejaron a su padre, Zebedeo, en la barca con los trabajadores  y se fueron detrás de Jesús (Marcos 1, 19s) que los hizo “pecadores de hombres” (Mateo 4, 19).

Una vez caminando con el grupo de Jesús hacia Jerusalén y pasando por un pueblo de samaritanos que no querían alojarlos, Santiago y su hermano Juan se enojaron tanto que querían pedir fuego del cielo, como el profeta Elías en su tiempo, como castigo. Por eso Jesús los llamó “hijos de trueno”.  En esa primera etapa de caminar con Jesús mostraron también sus intereses muy terrenales y personales. Su Madre hablo de eso con Jesús al pedir los primeros puestos para sus hijos en el esperado gobierno del Mesías.

Una vez convertido, sobre todo por la Resurrección de Cristo y el envío del Espíritu Santo cambió su vida totalmente. Fue gran misionero que caminó a predicar hasta “finis terrae”, lugar en España donde termina el continente Europeo y que en aquella época era tomado como fin de la tierra.  Seguía fielmente a Jesús dando testimonio de la muerte y resurrección de Jesús hasta derramar su sangre. Gran intercesor delante de Dios y por eso muy venerado. 

De Santiago tenemos una carta donde escribe: “¿De qué le sirve a alguien decir que tiene fe si no tiene obras?” y esta última palabra: “sepa que el que convierte a un pecador de su mal camino salvará su vida de la muerte y obtendrá el perdón de una multitud de pecados” (5, 20).

En este mes recordamos la fundación de la Iglesia Diocesana de Sucre: ”Te alabamos Señor, por la Arquidiócesis de Sucre. Haz que, unidos  por la Palabra y la Eucaristía, y llenos del Espíritu Santo, vivamos con alegría la fe que nos hace Iglesia y nos convoca a vivir en comunidad”. “Somos Iglesia sinodal en salida misionera” (lema)
Con el Papa oramos por nuestras familias. Recordando la Preciosísima Sangre de Cristo oremos: ¡Oh preciosísima sangre de Cristo, sangre de nuestra salvación!   ¡Sálvanos a nosotros, salva a nuestras familias, y al mundo entero!   

El Evangelio es alegría. ¡Anúncialo!          

Y la Bendición del Dios uno y trino, del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo descienda sobre ustedes y les acompañe hoy y siempre.

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