lunes, 20 de julio de 2020

Mons. Adolfo Bittschi: AQUÍ HAY UNO QUE ES MÁS QUE SALOMÓN

20  de julio 2020, lunes de la décima sexta semana durante el año litúrgico
Proclamamos el Evangelio según san Mateo 12, 38 - 42. 
Gloria a ti, Señor.       

                                  

Los escribas y fariseos se acercan a Jesús para hacerle una petición. Le tratan como maestro, pero quieren ver una señal. El Señor les ha hecho ver tantas señales. Y en el bautismo de Jesús Dios mismo ha hablado. Y no se conforman. Jesús que puede leer en sus corazones ve en su petición un agravio, una protesta contra el plan de Dios. A sus antepasados los profetas con frecuencia les han reprochado que eran una generación perversa, incapaces de hacer el bien, y por consiguiente una generación adúltera, que quebranta sin vacilar el pacto de amor que Dios había concertado. Así es también esta generación de los contemporáneos de Jesús. Pide una señal  propia, porque no acepta las que han sido dadas por Dios anteriormente. Intenta forzar bajo su voluntad a Dios, en vez de someterse a la voluntad de Dios. 

Por eso no se le dará a esta generación ninguna señal. Satán en el desierto tampoco había tenido éxito en sus exigencias de señales prodigiosas. En último término Satán está metido tras las exigencias  de esta generación. Y nunca se contentará con ninguna señal.

No obstante Jesús dará una señal, denominada como señal del profeta Jonás. No en seguida, sino cuando llega el momento preciso en el plan de Dios. Será la señal de la muerte y de la resurrección. Jonás fue retenido en el vientre del monstruo marino durante tres días y tres noches, al escaparse del encargo de Dios. Luego es liberado milagrosamente y es enviado nuevamente a Nínive para predicar la CONVERSIÓN. Jonás no quería predicar la Conversión porque sospechaba que los de Nínive, al arrepentirse se salvarían del castigo. Jonás deseaba un castigo severo por sus maldades contra su pueblo.

El Hijo del hombre estará tres días y tres noches en el “seno de la tierra”, es decir bajo tierra, para que se lleve a término su obediencia. Él muere con la muerte de los profetas, pero es resucitado y gloriosamente ascendido por Dios a la derecha del Altísimo. Es la señal que dará Dios. Es la señal de la contradicción. Nínive se convirtió. Los paganos se convirtieron.

En este mes oremos también por la Iglesia Diocesana de Sucre, la primera de Bolivia: ”Te alabamos, Señor, por la Arquidiócesis de Sucre. Haz que, unidos  por la Palabra y la Eucaristía, y llenos del Espíritu Santo, vivamos con alegría la fe que nos hace Iglesia y nos convoca a vivir en comunidad”. “Somos Iglesia sinodal en salida misionera” (lema)

 El Papa pide orar por nuestras familias para que sean acompañadas con amor, respeto y consejo. Rezamos: ¡Oh preciosísima sangre de Cristo, sangre de nuestra salvación!   ¡Sálvanos a nosotros, a nuestras familias, y al mundo entero!

El Evangelio es alegría. ¡Anúncialo! Y la Bendición del Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y sus familias y les acompañe hoy y siempre.


Mons. Adolfo Bittschi
Obispo Auxiliar de Sucre
Resp. Área Misiones C.E.B.


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