miércoles, 15 de julio de 2020

HAS ESCONDIDO ESTAS COSAS A LOS SABIOS, Y SE LAS HAS REVELADO A LA GENTE SENCILLA

15 de julio 2020, miércoles de la 15ta. Semana durante el año litúrgico,
Proclamamos el Evangelio según san Mateo 11, 25 - 27. 
Gloria a ti, Señor  
      

 REFLEXIÓN

Después de la Palabra amenazante a las tres ciudades de Galilea cuyas habitantes  se resistían de escuchar el Evangelio y convertirse, lo que proclamábamos ayer (Mateo 11, 21 – 24), viene en seguida la exclamación jubilosa de Jesús (vv.25-26). Es una oración de acción de gracias, dirigida al Padre, a quién Jesús proclama como Señor  del cielo y de la tierra. Los sabios y entendidos, los maestros de la Ley y los fariseos no han podido captar la voluntad de Dios, es decir la misericordia del Padre hacia a todos sus hijos. Sin embargo la gente sencilla, la gente despreciada por los fariseos como “gente malvada” por su ignorancia intelectual, escuchó el mensaje de Jesús con mucha atención y lo aceptó con gusto y creyó en Él. Entendía la gente que por la misericordia de Dios, sí se puede salvarse. 

O sea, las personas sencillas se dieron cuenta perfectamente, que si bien los maestros de la Ley las tenían como “descartadas”, no así su Dios y Creador. Él quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento del verdadero Dios. El mismo Dios ha iluminado con la luz de su Espíritu Santo a los hombres hambrientos  y sedientos de la salvación. Ha revelado su amor misericordioso a los humildes y necesitados y ocultado a los que pensaban que son algo por sus esfuerzos humanos y que no precisan de Dios para salvarse, porque piensan que ellos lo merecen por su esfuerzo. Antes de la pandemia había cuántas personas que pensaban, todo está en nuestras manos y no necesitamos de Dios.  Lo grave era, que juzgaban y condenaban a los pobres y sencillos, adjudicándose lo que corresponde únicamente a Dios.

La presidente del FMI (fondo monetario internacional), en esta línea de juzgar sobre la vida de las personas mayores, decía: “Los ancianos viven demasiado y es un riesgo para la economía global. Tenemos que hacer algo y ya”. Es por este pensamiento tan antiguo y tan nuevo que el Papa Francisco habla en favor de los ancianos una y otra vez.

Por eso también la oración de júbilo de Jesús que exclamo: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor”. El último versículo del Evangelio de hoy es la explicación de este grito de júbilo de Jesús.

En este mes oremos por la Iglesia Diocesana de Sucre, la primera de Bolivia:” Te alabamos Señor, por la Arquidiócesis de Sucre. Haz que, unidos  por la Palabra y la Eucaristía, y llenos del Espíritu Santo, vivamos con alegría la fe que nos hace Iglesia y nos convoca a vivir en comunidad”. “Somos Iglesia sinodal en salida misionera” (lema)

 El Papa pide orar por nuestras familias para que sean acompañadas con amor, respeto y consejo. Rezamos: ¡Oh preciosísima sangre de Cristo, sangre de nuestra salvación!   ¡Sálvanos a nosotros, a nuestras familias, y al mundo entero!

El Evangelio es alegría. ¡Anúncialo! Y la Bendición del Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y sus familias y les acompañe hoy y siempre.

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