16 de mayo 2020, sábado de la 5ta. Semana de
PASCUA, proclamamos el Evangelio según san Juan 15, 18 -21.
Gloria a ti,
Señor.
USTEDES YA NO SON DEL MUNDO, PORQUE YO LOS
ELEGÍ
La palabra “mundo” tiene doble sentido: 1.en
sentido positivo se refiere a lo creado por Dios que todo lo hizo bien; 2.San Juan lo usa en sentido negativo para las
maldades y mentiras de aquellos que son gobernados por el “príncipe de este
mundo”, el homicida desde el principio (Juan 8, 44) que busca destruir a Jesús
el Mesías y a los que pertenecen a él.
El Evangelio de hoy nos habla de esta triste realidad,
del odio del mundo hacia los seguidores de Jesucristo. El mundo en sentido
negativo es de por sí totalitario bajo lucifer, el dictador; no aguanta que
haya gente que vive otra ley que la suya. La oscuridad no puede sentir la luz.
El odio del mundo no es solo contra cada uno de los discípulos misioneros de
Cristo, sino contra la realidad diferente, la fuerza invencible que impulsa a
los seguidores de Jesús y que los distinguen del mundo y los saca del mundo. “Los
cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo” dice un antiguo texto
cristiano (Carta a Diogneto 6,3).
En una palabra, el odio del mundo se dirige hacia Jesucristo mismo y su Espíritu Santo que obra en los discípulos misioneros. “El mundo… me ha odiado a mí antes que a ustedes” (v.18). La suerte de los discípulos en este mundo no será mejor que la de su Maestro: ellos también, como Cristo, serán odiados y perseguidos por los hombres terrenos. Celebramos en este tiempo de Pascua el triunfo de Cristo sobre el mal, el maligno y la muerte y a la vez sufrimos el misterio de la iniquidad, el misterio de la negación de todo lo bueno, bello y saludable. El hombre en su soberbia contagiado por el diablo quiere ser como Dios y de ninguna manera reconocer que es criatura que debe honrar a su creador. Ya al inicio de su Evangelio, en el prólogo decía San Juan “La luz brilla en las tinieblas, pero las tinieblas no la vencieron… vino a los suyos y los suyos no lo recibieron” (Juan 1, 5.11). Quien sueña con un paraíso en la tierra con una vida fácil y arreglada no ha entendido el mensaje de Jesús. El Evangelio completo contiene la cruz.
Parece que la fuerza destructora de la
negación, del odio, de la violencia, del pecado, de la muerte y de los demonios
está creciendo mostrando su rabia porque sus días son contadas. Hoy en día
contamos con un número mucho mayor de mártires que en la persecución por los
emperadores romanos en los primeros tres siglos. Nos dice el Papa Francisco. En
nuestro continente americano contamos miles de mártires de la fe cristiana en
nuestros días. Pienso en el joven mártir José Luis Sánchez del Río en México ejecutado
por defender la fe en Cristo Rey con 14 años.
Éste
odio es una culpa. En el versículo 22 dice: “Si no hubiera venido ni les
hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen cómo excusar su
pecado”. Ellos han visto a Jesús y su
bondad, han escuchado sus palabras y visto sus milagros que revelaban el amor
misericordioso del Padre, sobre todo su muerte en la cruz perdonando a sus
verdugos.
El Papa Francisco nos invita en este mes de
mayo a meditar con el corazón de María en el rosario los misterios de nuestra
salvación. Hoy sábado meditamos los misterios gozosos del anuncio del ángel a
María, su visita a Isabel, el nacimiento del niño Jesús, su presentación en el
templo y haberlo encontrado en el templo.
El Evangelio es alegría. ¡Anúncialo! Y la
bendición del Dios uno y trino, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
descienda sobre ustedes y les acompaña para siempre.
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