Mensaje centrado en Evangelio según San Juan 5, 31-47.
Gloria a ti, Señor.
Queridos oyentes:
Seguimos con el capítulo 5 del Evangelio de
San Juan que relata la sanación del paralítico junto a la piscina de Betesda. Jesús realiza esta obra de Dios mostrando
que Él y el día sábado son fuente de VIDA. “Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida,
así también el Hijo da vida a los que él quiere.” (V. 21) Podemos entender que
el paralítico era pecador y
espiritualmente muerto como el hijo pródigo. Los judíos no son capaces
de alegrarse por la sanación de este hombre después de 38 años enfermo sino “trataban de matar a Jesús, porque no
solo violaba el sábado, sino que también se
hacía igual a Dios al llamarlo su propio Padre.” (V. 18). Bien claro
entendían los judíos la pretensión de Jesús no ser un profeta más o ser un
superhombre, sino ser Hijo en calidad de Dios igual al Padre Creador.
En la parte final de éste capítulo que
acabamos de escuchar Jesús responde a
las acusaciones de los judíos contra
él y aduce cinco testigos. La
comunidad cristiana de san Juan al final del siglo I defendía así su fe en
Jesús Mesías e Hijo de Dios. 1. Juan
Bautista, que “era una lámpara que ardía y brillaba” y dio testimonio de la
verdad. La Verdad no es una idea ni múltiple. La Verdad es Jesucristo. 2. Las obras de Dios que Jesús realizó.
“Estas obras que yo hago dan testimonio de que el Padre me envió. (V.36). 3. El Padre mismo dio testimonio en el
Bautismo de Jesús y en la Transfiguración “Este es mi Hijo el predilecto.
¡Escúchenlo!” Jesús reclama a los judíos “ustedes nunca han escuchado su voz ni
han visto su rostro, y su palabra no tiene cabida en ustedes, porque no creen
al que Dios envió” (V.37-38). 4. Las
Sagradas Escrituras testimonian del Cristo que ofrece vida eterna. 5. Moisés que escribió acerca de Jesús
y, por eso, se convierte en acusador de los judíos que no creen.
Resumiendo podemos decir la causa de su falta
de fe era su falta de amor a Dios y
dejar a Dios ser Dios y dejarlo obrar ofreciendo luz, salud, liberación y salvación a su manera. Creer incluye dar gloria a Dios en vez de buscar su propia
gloria. Reconocer nuestro pecado y pedir perdón al que por nosotros dio su
vida en la cruz.
Me permiten la pregunta: Y nosotros, ¿Somos
capaces de ver las obras de Dios y agradecerlo, a pesar de lo que está pasando justo ahora? ¿Reconocemos nuestros pecados y estamos preparados para la confesión
sacramental?
El Evangelio es alegría…, anúncialo
Dios les bendiga: Padre, Hijo, Espíritu Santo
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