jueves, 26 de marzo de 2020

Mons. Adolfo Bittschi: En estos momento, ¿somos capaces de ver las obras de Dios y agradecerlo?

Homilía 26 de marzo, jueves de la 4ta semana de Cuaresma



Mensaje centrado en  Evangelio según San Juan 5, 31-47. 
Gloria a ti, Señor.

 
Queridos oyentes:

Seguimos con el capítulo 5 del Evangelio de San Juan que relata la sanación del paralítico junto a la piscina de Betesda. Jesús realiza esta obra de Dios mostrando que Él  y el día sábado son fuente de VIDA. “Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que él quiere.” (V. 21) Podemos entender que el paralítico era pecador y espiritualmente  muerto como el hijo pródigo. Los judíos no son capaces de alegrarse por la sanación de este hombre después de 38 años enfermo sino “trataban de matar a Jesús, porque no solo violaba el sábado, sino que también se hacía igual a Dios al llamarlo su propio Padre.” (V. 18). Bien claro entendían los judíos la pretensión de Jesús no ser un profeta más o ser un superhombre, sino ser Hijo en calidad de Dios igual al Padre Creador.

En la parte final de éste capítulo que acabamos de escuchar Jesús responde a las acusaciones de los judíos  contra él y aduce cinco testigos. La comunidad cristiana de san Juan al final del siglo I defendía así su fe en Jesús Mesías e Hijo de Dios. 1. Juan Bautista, que “era una lámpara que ardía y brillaba” y dio testimonio de la verdad. La Verdad no es una idea ni múltiple. La Verdad es Jesucristo. 2. Las obras de Dios que Jesús realizó. “Estas obras que yo hago dan testimonio de que el Padre me envió. (V.36). 3. El Padre mismo dio testimonio en el Bautismo de Jesús y en la Transfiguración “Este es mi Hijo el predilecto. ¡Escúchenlo!” Jesús reclama a los judíos “ustedes nunca han escuchado su voz ni han visto su rostro, y su palabra no tiene cabida en ustedes, porque no creen al que Dios envió” (V.37-38). 4. Las Sagradas Escrituras testimonian del Cristo que ofrece vida eterna. 5. Moisés que escribió acerca de Jesús y, por eso, se convierte en acusador de los judíos que no creen.

Resumiendo podemos decir la causa de su falta de fe era su falta de amor a Dios y dejar a Dios ser Dios y dejarlo obrar ofreciendo luz, salud, liberación y salvación a su manera. Creer incluye dar gloria a Dios en vez de buscar su propia gloria. Reconocer nuestro pecado y pedir perdón al que por nosotros dio su vida en la cruz.

Me permiten la pregunta: Y nosotros,  ¿Somos capaces de ver las obras de Dios y agradecerlo, a pesar de lo que está pasando justo ahora?  ¿Reconocemos nuestros pecados  y estamos preparados para la confesión sacramental?

El Evangelio es alegría…, anúncialo    
 

Dios les bendiga: Padre, Hijo, Espíritu Santo








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