Ayunar es una práctica, en varias religiones, para preparar un encuentro muy personal con Dios o para prepararse, no solo, corporalmente sino también espiritualmente en una gran fiesta.
Así Moisés y Elías, el profeta,
ayunaron cada uno por 40 días para estar luego con Dios en la montaña santa. Y
siguiendo el ejemplo de Moisés y Elías, también nuestro señor Jesucristo ayunaba
40 días y 40 noches en el desierto, después de su bautismo, para prepararse para
su misión.
Hoy en día
hay mucha gente que práctica el ayuno, no por la religión, sino para bajar de peso o guardar la silueta, o también por motivos de salud. Cuantas personas
deben guardar una dieta muy estricta. Y hasta los animalitos saben y practican
el ayuno para sanar.
EL AYUNO para
nosotros los cristianos se presta, sobre todo, para el día viernes por ser
el día en que nuestro señor Jesucristo entregó su vida para que nosotros
tengamos vida, vida en él. Todo este día, Jesús no provocó ningún bocado ni un
sorbo de agua. El motivo es compartir entonces el dolor de nuestro señor Jesucristo
el día viernes, arrepentirnos también de nuestros pecados porque en este día
nos fue llevado el novio.
El ayuno bíblico
consiste en no comer nada hasta el medio día o la media tarde, o bien todo el
día. Pero es aconsejable tomar agua o una infusión de alguna hierba, sobre todo
para evitar el dolor de cabeza. El ayuno..., debe estar a acompañado
por la oración y también por la limosna, ósea de compartir lo que no se gasta
al ayunar. Desprenderse de las cosas materiales tanto en la comida como de
algún dinero, libera hasta espiritualmente y la oración se hace más profundo y
más rica. Otra práctica de cuaresma es la abstinencia de carne sobre todo el
día viernes, es decir no comer carne.
Abstenerse
de carne, también, se refiere en las relaciones íntimas, santificadas en el sacramento
del matrimonio.
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