lunes, 29 de junio de 2020

Mons. Adolfo Bittschi, TU ERES PEDRO Y TE DARÉ LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS

Celebramos la Solemnidad de SAN PEDRO Y SAN PABLO

Homilía 29 de junio 2020, lunes.

FOTO:fsspx

Proclamamos el Evangelio según san Mateo 16, 13 - 19. 
Gloria a ti, Señor.       



REFLEXIÓN 
Hoy recordamos el aniversario de ordenación sacerdotal de nuestro arzobispo emérito Jesús Pérez. Le felicitamos y le pedimos una gran bendición de Dios.

San Pedro se llamaba Simón y era pescador en el lago de Galilea junto con su hermano Andrés. Éste fue discípulo de Juan Bautista y llevó a su hermano Simón donde Jesús. Y Jesús le dijo: “Tú eres Simón, hijo de Jonás. Tú serás llamado Cefas, que significa Piedra” (Juan 1,36). San Lucas relata de la pesca milagrosa, cuando Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús y dijo: “Señor, apártate de mí porque soy pecador”. Jesús contestó: “No temas, desde ahora serás pescador de hombres” (Lucas 5, 8-10). De los principales milagros del Señor  Pedro ha sido testigo ocular. Un día preguntó Jesús a sus discípulos: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. Respondió Simón Pedro: “Tú eres Cristo, el Hijo de Dios vivo”. Jesús le replicó: “¡Dichoso eres tú Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en los Cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra construiré mi Iglesia, y los poderes del abismo no la vencerán. Te daré las llaves del Reino de los Cielos, lo que ates en la tierra será atado en los cielos, y lo que desates en la tierra será desatado en los cielos”. Estas llaves son símbolo del sacramento de la reconciliación o confesión.

Y aunque Pedro negó a Jesús tres veces, lo que lloró amargamente, el Señor lo perdonó y lo puso como su vicario en la tierra.

En el día de Pentecostés oraban todos juntos y quedaron llenos del Espíritu Santo. Pedro  predicó y se convirtieron tres mil hombres en discípulos. De camino al templo con Juan dijo al paralítico: “¡En nombre de Jesucristo, el Nazareno, levántate y camina!” (Hechos 3,6). A la discípula Tabita la hizo resucitar de la muerte (Hechos 9, 36-43). Guiado por el Espíritu Santo fue a Cesarea a casa de Cornelio y abrió las puertas de la Iglesia para los paganos que por su prédica recibieron el Espíritu Santo y fueron bautizados todos de la familia (Hechos 10). Fue encarcelado para ser decapitado pero un ángel lo liberó. Por último llegó a Roma y fue su primer obispo. En la persecución de Nerón fue crucificado.

Junto con San Pedro recordamos a San Pablo. Antes de su conversión persiguió a los cristianos a muerte. Luego como Pablo fue el gran misionero y apóstol de los paganos. Igual que San Pedro era gran predicador y escritor. Su espada era la Palabra de Dios. Hizo muchos milagros, hasta devolvió la vida a un joven que cayó muerto. Como Pedro murió mártir en Roma.

Rezamos en la intención del Papa para aquellos que sufren que  encuentren caminos de vida, dejándose tocar por el Corazón de Jesús.

“Te saludamos, Corazón amantísimo de Jesús y de María. Te adoramos, te amamos con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas, te ofrecemos nuestro corazón, transfórmalo y hazlo semejante al tuyo”.   
    
El Evangelio es alegría. ¡Anúncialo! Y la Bendición de Dios Padre, del Hijo y del Espíritu Santo descienda sobre ustedes. Amén.

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