sábado, 30 de mayo de 2020

FELIZ TU QUE HAS CREÍDO

30 de mayo 2020, celebramos la Fiesta de la Visitación de Santa VIRGEN MARÍA


Proclamamos el Evangelio según san Lucas 1, 39 - 56. 

Gloria a ti, Señor.     

        BENDITO EL FRUTO DE TU VIENTRE – FELIZ TU QUE HAS CREÍDO

Hoy celebramos la fiesta de la Visitación de Santa María Virgen a su pariente Isabel, fiesta que nos relata el Evangelio de Lucas con hermosos detalles. A PRIMA VISTA: María se apura. El amor no puede esperar. Quiere dar una mano allí donde la necesidad se hizo presente. A María no le falta trabajo. Pero piensa no en sí misma sino en su parienta Isabel, mayor de edad que nunca tuvo hijo y por eso muy apremiada. Pero no es solamente la mano de obra que apura a María. Lleva ella también un hijo bajo su corazón. Este hijo que lo concibió por obra y gracia del Espíritu Santo y es el Hijo del Altísimo, el Mesías, el Salvador. Ésta buena noticia es la que le da fuerza y prisa para brincar por las montañas. Es la primera procesión con el CORPUS CHRISTI Cuerpo de Cristo. Quiere compartir la Buena Nueva, el Evangelio del Dios hecho hombre. Ella se convierte en su caminar en la estrella de la Evangelización.

Veamos ahora, el marco grandísimo de la Historia de Salvación en este encuentro familiar de los ancianos Isabel y su esposo Zacarías con la joven Virgen María, refleja el encuentro de la Antigua Alianza con la Nueva Alianza. Nos muestra momentos paralelos pero también la gran diferencia entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Los dos representan las dos épocas de la Historia de la Salvación. El encuentro de las dos madres, la mayor y la joven, y a la vez el encuentro de los hijos de cada una de ellas todavía en el vientre de su madre. La madre mayor, Isabel, con su hijo, el que ha de ser el profeta precursor Juan el Bautista, y la madre joven, la Virgen María, con el Hijo de Dios, Jesús el Salvador, se encuentran por la fe en Dios que las movió. El encuentro familiar tiene alcance trascendente porque no solo es el encuentro de dos épocas sino la transición de la una a la otra época.

Isabel, la mayor, muestra con su saludo “Bendita tu entre las mujeres” su sumisión debajo de joven María. Lo mismo hace su hijo, el Bautista, “saltando en su vientre” (v.41), al escuchar el saludo de la visitante. Así cumple su vocación de anunciar al Mesías antes de nacer. Isabel inspirada por el Espíritu Santo rinde homenaje a María como “madre de mi Señor”. Con esta palabra la reconoce como madre de Dios. (En el texto original del evangelio dice la palabra Kyrios la traducción del santo nombre de Dios al griego). Isabel sigue hablando guiada por el Espíritu Santo: “¡Dichosa tú que has creído, porque ahora se cumplirá todo lo que te fue anunciado de parte del Señor!” Es decir en el hijo de la Virgen María viene el esperado Mesías y Salvador en quién se cumplirá todo lo anunciado en la Antigua Alianza.

Mientras el sacerdote Zacarías, esposo de Isabel, y representante de la Antigua Alianza dudaba y no creía al anunció del ángel de que iba ser, a pesar de su avanzada edad, padre de un niño y fue castigado por su falta de fe perdiendo la voz;  se ve lo superior de la Nueva Alianza en María, la “llena de gracia” (Lucas 1, 28). La Gracia, sinónimo de Amor y personificado en el Espíritu Santo es el gran distintivo de la Nueva Alianza.

Por eso termina con el himno de acción de gracias, el MAGNIFICAT, tejido con hilos de oro del Antiguo Testamento que llegó a formar parte de la Liturgia de las Horas cada tarde en las Vísperas. “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava”.

Hoy, último día de la Novena para Pentecostés y 7mo día de la semana de Oración por la Unidad de los Cristianos con el lema de la CONVERSIÓN: Cambiar nuestros corazones y nuestras mentes.

Invocamos al Espíritu Santo para poder responder mejor a su amor y dejarnos cambiar por Él:                                                     

“Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.                                                 Envía, Señor, tu Espíritu Creador y renovarás la faz de la tierra.

 Oh Dios que iluminas los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo.                         Haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre El bien y gozar de su consuelo.                                Por Jesucristo nuestro Señor”.

El Espíritu Santo viene cuando estamos unidos en la oración. Por eso el Papa Francisco nos invita en este mes de mayo a meditar con el corazón de María en el rosario los misterios de nuestra salvación en familia. Hoy sábado meditamos los misterios gozosos: 1. El Anuncio del ángel a María. 2. La Visitación de Santa María a Isabel, que es la fiesta de hoy. 3. El Nacimiento del niño Jesús. 4. La presentación del niño Jesús en el templo y 5. El niño Jesús con 12 años perdido y encontrado en el templo.                                                 

El Evangelio es alegría. ¡Anúncialo! Y la bendición del Dios uno y trino, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo descienda sobre ustedes y les acompaña para siempre.

Mons. ADOLFO BITTSCHI

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