martes, 7 de abril de 2020

Cristo quiere sufrir la tradición de todos los tiempos, con todas las personas traicionadas

El evangelio es alegría, anúncialo!



Hoy 7 abril,  martes de la semana santa proclamándose el evangelio según San Juan. Gloria a ti señor.


REFLEXIÓN 
El evangelio  hoy queridos oyentes,  nos lleva a  la sala de la última cena con el anuncio de la traición de Judas y la triple negación de Pedro. Si este apóstol valiente, tenían su corazón de hombre, la infidelidad hasta la tradición qué va hacer decidir nosotros. 

Jesús se muestra conmovido hasta lo profundo de su ser, al saber que entre sus amigos cercanos habrán traidor y no se lo guarda sino lo dice abiertamente. Amén. "Les aseguro que uno de ustedes me entregará". Este anuncio parecen un adelanto de su agonía en el Huerto de los Olivos.  El hecho de que uno de los que él había escogido, el que lo había acompañado por 3 años como  amigo, le iba a entregar. Le sacude y lo estremece. Cristo quiere  sufrir  la tradición de todos los tiempos, con todas  las personas traicionadas. Los discípulos  quedan desconcertados y no saben qué pensar. Pedro que hacen seña  a Juan para que pregunté a quién se refiere. Jesús responde mojando un trozos de pan y dándolo a Judas Iscariote. Según la palabra griega, el pan  que diera era pan eucarístico. Es decir  un acto de amistad profunda,  invitándole al arrepentimiento y a la conversión. Judas sin embargo ya  no quiere cambiar y convertirse a Jesús.  Está demasiado enredado con los enemigos del Señor,  no sólo con los humanos,  sino el evangelista lo dice bien claro,  detrás del pan entró en él satanás. Después de tomar el pan salió inmediatamente, era de noche.  Esta última frase se refiere tanto a la hora de la noche como también a su situación,  está con satanás y está en la oscuridad. 

La misma pericopa anunció otra tradición,  la de San Pedro. A quien el Señor le puso este nombre,  que significa piedra grande o roca sobre la cual el Señor construirá  su iglesia. Al salir  Judas, sigue el diálogo con Pedro dijo Jesús: "Ahora es glorificado el hijo del hombre y Dios es  clarificado en él".  Pedro  le dijo: "¿Señor a dónde vas?".  Jesús le respondió: a donde yo voy no me puedes acompañar hora, me acompañaras más tarde. Pedro replico: ¿Señor por qué no pueda acompañarte ahora?, daré  mi vida por ti. Con mucha certeza de sí mismo, le sale esta declaración de su corazón grande y cuando toman presa Jesús sacó la espada y cortó la oreja al servidor del sacerdote,  sin embargo en el patio de la casa del sumo sacerdote, delante de unas muchachas, le entró el miedo y se cumplió lo que al Señor  aviso en la última escena: Antes que cante el gallo me habrás  negado 3 veces.  Pedro tiene que aprender que el martirio es un don gratuito, de la disponibilidad para sufrir con Jesús, tiene que  olvidarse de sus propias acciones, aprender la humildad del discípulo y  espera su hora, con la perseverancia. 

A nosotros no nos corresponde juzgar, poniéndonos en lugar de Dios  que es infinitamente misericordioso, justo decía el Papa Benedicto XVI, nos podemos preguntar: ¿Ponemos  también, nosotros nuestra seguridad en nosotros mismos ? ¿Estamos libres de infidelidades al Señor? ¿Buscamos la gloria de Dios al aceptar lo que no se puede cambiar? el dolor en la cruz.

El evangelio, es alegría, anúncialo.

Les bendigo en nombre del padre del hijo y del espíritu santo.

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